En el marco de las IV Jornadas de Investigación en Danza, que organiza Artes del Movimiento, la teórica serbia dictó un workshop el 28 y 30 de junio y el 1 y 2 de julio, en el Centro Cultural de la Cooperación.
Bojana Cvejic, que es creadora y teórica de la performance y trabaja dentro del campo de la danza contemporánea también como dramaturga e intérprete, presentó el Seminario teórico “¡Coreografía o más!”, en el que se analizaron los trabajos de Mette Ingvartsen, Eszter Salamon, Xavier Le Roy, Jonathan Burrows y Jan Ritsema, Mårten Spångberg, Juan Domínguez, Boris Charmatz y Alice Chauchat, entre otros.
En el workshop, Cvejic propone que, en la actualidad, la coreografía prescinde de la abstracción formal modernista del movimiento corporal y que se ha transformado en una práctica que explícitamente busca conceptos y procedimientos en la auto-reflexión y realiza alianzas con informaciones externas a la danza.
En lo referente al seminario y a su modo de enseñanza, explicó “Lo que yo me propongo es que la teoría que los alumnos estudian no sea teoría de las artes performativas. Hay una diferencia entre lo que se piensa y lo que se hace. Yo enseño conceptos de las artes performativas a través de las artes performativas. Los conceptos y las performances deben estar en paralelo. De esta manera, enseño bases de semiótica con pedazos de ballet o explico el estructuralismo con una obra de Anne-Therese De Kaersmaeker”.
La teórica serbia se refirió, además, a sus comienzos “Empecé estudiando musicología y después me acerqué más a la teoría crítica como el estructuralismo, postestructuralismo, la semiótica, el psicoanálisis teórico y la Escuela de Frankfurt, entre otros. En paralelo, me interesaron el teatro y la ópera, que, cómo es un género obsoleto, ofrece muchas posibilidades para la experimentación. Fui una autodidacta, viajé al extranjero haciendo dedo, yendo a festivales, escribiendo críticas”.
“En Serbia, no se podía experimentar con el arte por la falta de discursos, entonces, con un grupo de estudiantes, nos propusimos provocar un contexto, contrarrestar a la generación anterior cuyo arte era absorbido solamente como consumo. Nos planteamos hacer una teoría con contenido. Queríamos, con las performances, ir tomando posiciones políticas. Era una especie de activismo teórico, nuestra forma de hacerle frente al régimen de Milosevic, en el que había mucha opresión, mucho fascismo ante cualquier tipo de otredad”, manifestó.
Sobre su trabajo en el exterior y su interés por la danza, expresó “En el 99 dejé Serbia, me invitaron a hacer una performance en Bélgica y me interesé en la danza. En Serbia sólo había desfiles militares, ballet y ópera. En Bélgica vi que la danza era muy interesante, estaba la nueva generación de los 90, había trabajos muy diferentes de los formales, algunos tenían un acercamiento al discurso, a la teoría, al pensamiento".
Por último, agregó “En este momento, estoy trabajando con textos de Foucault y la película Sympathy for the Devil, de Jean-Luc Godard. Con este workshop intento hacer una especie de ensayo, grabar una canción, como los Rolling Stones en ese film”.
En el workshop, Cvejic propone que, en la actualidad, la coreografía prescinde de la abstracción formal modernista del movimiento corporal y que se ha transformado en una práctica que explícitamente busca conceptos y procedimientos en la auto-reflexión y realiza alianzas con informaciones externas a la danza.
En lo referente al seminario y a su modo de enseñanza, explicó “Lo que yo me propongo es que la teoría que los alumnos estudian no sea teoría de las artes performativas. Hay una diferencia entre lo que se piensa y lo que se hace. Yo enseño conceptos de las artes performativas a través de las artes performativas. Los conceptos y las performances deben estar en paralelo. De esta manera, enseño bases de semiótica con pedazos de ballet o explico el estructuralismo con una obra de Anne-Therese De Kaersmaeker”.
La teórica serbia se refirió, además, a sus comienzos “Empecé estudiando musicología y después me acerqué más a la teoría crítica como el estructuralismo, postestructuralismo, la semiótica, el psicoanálisis teórico y la Escuela de Frankfurt, entre otros. En paralelo, me interesaron el teatro y la ópera, que, cómo es un género obsoleto, ofrece muchas posibilidades para la experimentación. Fui una autodidacta, viajé al extranjero haciendo dedo, yendo a festivales, escribiendo críticas”.
“En Serbia, no se podía experimentar con el arte por la falta de discursos, entonces, con un grupo de estudiantes, nos propusimos provocar un contexto, contrarrestar a la generación anterior cuyo arte era absorbido solamente como consumo. Nos planteamos hacer una teoría con contenido. Queríamos, con las performances, ir tomando posiciones políticas. Era una especie de activismo teórico, nuestra forma de hacerle frente al régimen de Milosevic, en el que había mucha opresión, mucho fascismo ante cualquier tipo de otredad”, manifestó.
Sobre su trabajo en el exterior y su interés por la danza, expresó “En el 99 dejé Serbia, me invitaron a hacer una performance en Bélgica y me interesé en la danza. En Serbia sólo había desfiles militares, ballet y ópera. En Bélgica vi que la danza era muy interesante, estaba la nueva generación de los 90, había trabajos muy diferentes de los formales, algunos tenían un acercamiento al discurso, a la teoría, al pensamiento".
Por último, agregó “En este momento, estoy trabajando con textos de Foucault y la película Sympathy for the Devil, de Jean-Luc Godard. Con este workshop intento hacer una especie de ensayo, grabar una canción, como los Rolling Stones en ese film”.